Por Raúl Rosales León
Suscribo la
incomodidad de Thomas Laqueur cuando señala “carecemos de una historia de la paternidad”. Desde mi punto de vista existen algunas
pistas para la construcción de una historia que nos brinde elementos de reflexión en
la necesidad de un tipo de paternidad que tome en cuenta la dimensión emocional
y del cuidado. Una paternidad en la
lógica de las nuevas masculinidades.
Tomando como referencia
la celebración del ritual de la navidad que tiene como símbolo el nacimiento de
Jesús resulta idóneo analizar el papel de José quien representa un tipo de
paternidad en la historia de la humanidad: la paternidad cultural. No es una
paternidad biológica, sino una paternidad legal donde José desciende en la línea directa de
David y Abrahán según lo establecido en el Evangelio según San Mateo. La consumación de la paternidad cultural sucedió porque nunca
existió un padre biológico de Jesús quien fue concebido por el Espíritu Santo.
Desde la tradición
judeocristiana la representación cultural de José como padre legal de Jesús nos
brinda coordenadas para la construcción de la historia de la paternidad. La tradicional representación del nacimiento de Jesús en
cada navidad reproduce una forma de paternidad con una marcada ausencia del trabajo emocional y del
cuidado. Este tipo de trabajo está asignado a María quien acompañó a su hijo en el momento de su crucifixión,
muerte y resurrección. La escultura de Miguel Ángel denominada la Piedad del Vaticano reafirma el rol de la madre María y, de paso, la ausencia del ejercicio de la paternidad de José legitimando la idea que el trabajo emocional y de cuidado son exclusivos de las mujeres.
La ventaja de la
paternidad cultural consiste que se puede pensar en el cambio. Por ese motivo,
resulta muy creativo el regalo que recibió el Papa Francisco que consistió en
un pesebre denominado ¡Dejemos descansar a mamá! donde José está cuidando al
niño Jesús mientras que María está descansando. Esta representación es
fundamental para profundizar el cambio de roles de los padres y el ejercicio de
la paternidad.
Esta nueva
representación del ejercicio de la paternidad de José puede ser orientado para la
promoción de las nuevas masculinidades. Algo urgente y fundamental para la
construcción de un modelo de masculinidad alternativo más protagonista en el
mundo de los afectos, libre de violencia de género, corresponsable en las
labores domésticas y el cuidado. Frente
al modelo machista que mata y maltrata como el caso del cuádruple crimen en el Agustino,
las nuevas masculinidades constituyen la opción real de cambio cultural para construir
una sociedad más igualitaria en el marco de una nueva historia de la paternidad.
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