sábado, 17 de diciembre de 2016

Ideología de Género o Falta de Rigor



Raúl Rosales León (Waro)

Empiezo haciendo memoria de una ponencia de Daniel del Castillo titulada Fantasmas de la Masculinidades cuando escribe en la primera línea lo siguiente: En todo salón de clases hay un “lorna” y un “maricón”. De esta forma él empieza analizando el microcosmos del aula escolar en donde se construyen jerarquías y se aprende desde muy temprana edad el ejercicio de la exclusión contra otros niños. Según el autor esto sucede por el horror a la ambigüedad y, por consiguiente, en las clases es necesario fabricar su lorna y su maricón para afirmar la masculinidad hegemónica de los demás estudiantes.

Luego en la investigación de tesis de Kenny Pérez y Sofía Donaires conceptualizan estos hechos discriminatorios contra el acusado de maricón de la clase como bullying homofóbico que significa: la agresión de uno o varias persona (agresores) dirigida a un individuo (víctima) adolescente hombre a razón de sus características “poco masculinas”, “amaneradas” o “débiles” que amenazan la masculinidad de los demás adolescentes hombres en el entorno escolar” (2014:26).  Por ese motivo, en la investigación se concluye que es preciso que las autoridades estatales competentes adopten las acciones y medidas (legislativas, administrativas, entre otras) pertinentes que incluyan un enfoque de derechos humanos y de género.

Como las políticas públicas en materia educativa no pueden ser cómplices del bullying homofóbico y otras formas de discriminación por orientación sexual, mediante Resolución Ministerial Nº 281-2016-MINEDU se aprobó el Currículo Nacional de la Educación Básica (Currículo Nacional). En el perfil de egreso de la Educación Básica del estudiante: “asume la interculturalidad, la equidad de género y la inclusión como formas de convivencia para un enriquecimiento y aprendizaje mutuo. Se relaciona armónicamente con el ambiente, delibera sobre los asuntos públicos, sintiéndose involucrado como ciudadano, y participa de manera informada con libertad” (2016:07). Por ese motivo, el Currículo Nacional incluye el enfoque de igualdad de género en donde todas las personas, independientemente de su identidad de género, tienen el mismo potencial para aprender y desarrollarse plenamente.

Frente a esta política pública ha surgido una corriente de opinión que se opone al enfoque de género tildándolo de “ideología de género”. Esta corriente de opinión no es un producto nacional, sino que tiene un alcance internacional con una multiplicidad de actores: fariseos, académicos, profesionales y organizaciones sociales defensores de la vida y la familia. La primera pregunta para esta variopinta corriente de opinión es ¿qué es la ideología de género? La respuesta en común es la siguiente: esa ideología que sostiene que el sexo no es un dato biológico, sino una construcción social”. La siguiente pregunta es ¿qué entienden por ideología?, pero no existe un desarrollo sobre este concepto, solo enuncia el paquete completo: ideología de género.  

Es necesario señalar que existe un campo teórico y debate abierto sobre la ideología. Terry Eagleton afirma que nadie ha sugerido una adecuada definición de ideología. Según el autor: “la palabra ideología se podría decir, es un texto, enteramente tejido con un material de diferentes filamentos conceptuales” (1997:20). Existen diversas maneras de definir la ideología. Una de las definiciones es considerarla como falsa conciencia, es decir, la ideología como irreal, seudociencia, una fantasía desconectada de la realidad. Otra definición consiste en ideas o creencias que contribuyen a legitimar los intereses de un grupo o una clase dominante a través de la distorsión de la realidad.

Estas dos formas de comprender la ideología están filtrada en la categoría ideología de género.  Un ejemplo es la campaña Con mis hijos no te metas con un mensaje en donde el Ministerio de Educación (MINEDU) a través del Currículo Nacional se adoctrinará los postulados de la ideología de género a los niños en el colegio. Se entiende la ideología de género como falsa conciencia (postulado) e impositivo (MINEDU) como el nuevo eje del mal.

Sostengo que la falta de rigor de la categoría ideología de género consiste en homogenizar las diferentes teorías de género, obviando sus debates, tensiones conceptuales y desplazamientos teóricos. El significante ideología de género tiene utilidad de propaganda ideológica de los sectores conservadores. Se construye la categoría de ideología de género como una forma de descalificación. Al homogenizar las diversas teorías de género como una ideología no separan la paja del trigo.

Por una parte, la ideología de género hace operativa su propaganda ideológica para enfrentarse contra la teoría queer y la categoría cuerpo que corresponden a un desplazamiento teórico en el marco de la teoría post-estructuralista. Según Judith Butler el sexo es una categoría cultural y, por lo tanto, el sexo no puede ser analizado como algo natural e inmutable. Será el discurso de la naturaleza por medio de la biología que tiene como base el conocimiento científico que construye la categoría de sexo. Es decir el sexo no es un dato biológico de la naturaleza. En ese sentido, desde la materialidad de cuerpo como focus cultural del género se abre la posibilidad de singularizar las identidades. Desde esta perspectiva la identidad no es universal relacionado con la matriz heterosexual, sino que el género al ser performativo conforma las identidades.  Es en base a la categoría cuerpo que se trasciende la matriz heterosexual para las diversas identidades de género que conforman la comunidad LGTBI (lesbianas, gays, transexuales, bisexuales, intersexuales).  

Por otra parte, la ideología de género no coincide con la categoría teórica sexo-género que proviene irónicamente de los Estudios de Género. La categoría sexo-género estructura una división analítica entre el sexo como un dato biológico y el género como una construcción cultural. Si la categoría ideología de género sostiene que el sexo no es un dato biológico, entonces la categoría sexo-género afirma lo contrario: el sexo es un dato biológico. Por ese motivo, desde esta perspectiva analítica se define el género como la construcción cultural de lo masculino y femenino en la sociedad a partir de la diferencia biológica.  La categoría sexo-género luego en la década de los noventas será cuestionada por la teoría queer y la categoría cuerpo.   

El Currículo Nacional de la Educación Básica aprobado por el Ministerio de Educación (MINEDU) asume la categoría sexo-género porque no se cuestiona el sexo como un dato biológico. Según el Currículo Nacional: “Si bien aquello que consideramos “femenino” o “masculino” se basa en una diferencia biológica sexual, estas son nociones que vamos construyendo día a día, en nuestras interacciones” (2016:17). Si bien lo femenino y masculino es una construcción cultural, tiene como base la diferencia biológica sexual. El Currículo Nacional en ninguna página sostiene que el sexo no es un dato biológico, pero la propaganda conservadora sin rigor analítico afirma que la ideología de género está filtrada.  Como se puede apreciar la falta de rigor de la categoría ideología de género confunde a la opinión pública, fabrica pistacos de la homosexualidad, reproduce la intolerancia y la discriminación.

Irónicamente la ideología de género homofóbica filtrada en la campaña Con mis hijos no te metas no permite ver más allá de sus lentes ideológicos que existen en las escuelas niños y niñas de carne y hueso víctimas del bullying homofóbico. Así como los adultos (papá y mamá) fabrican la ideología de género para mantener el sistema heterosexual, sus hijos en las escuelas fabrican maricones (con quienes se pueden meter) para afirmar su masculinidad. 


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