Tengo como política personal el sospechar de las comunidades imaginadas absolutas. Homogéneas y bien imaginadas. En esta ocasión es el afiche del Comité Impulsor de la Federación de Mujeres Peruanas (CIFMP) que me llamó la atención para el análisis desde la perspectiva de género.
Cuando el CIFMP hace la convocatoria tiene como principal público imaginariamente cautivo a las mujeres trabajadoras, estudiantes, cocaleras, jubiladas, desocupadas, feministas, migrantes…luego se pone puntos suspensivos (….) para señalar “somos más”.
¿Qué es lo común de la comunidad imaginada de mujeres?
a) Son mujeres que luchan por un Perú nuevo….quienes se están organizando para crear la Federación de Mujeres Peruanas.
b) El símbolo que unifica el espíritu de la comunidad imaginada de la federación de mujeres es Micaela Bastidas
La ecuación política del CIFMP es la siguiente:
Todas somos Micaela
Todas somos Mujeres Peruanas
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Todas somos Mujeres Peruanas
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Hacia la Federación de Mujeres Peruanas
Todo suena bien progresista, pero existe un pequeño detalle. Parece que la CIFMP no ha tomado en cuenta plantearse la pregunta ¿Qué es la mujer? y, sobre todo, ¿Qué es la mujer peruana? Pero en el caso que sí se hayan planteado la pregunta, la respuesta deja mucho que desear.
Hacer una “Federación” a imagen y semejanza de la hegemonía institucionalizada masculina sólo afirma la condición del Segundo Sexo (Simon de Beauvoir) de la Mujer Peruana. La combinación de mujeres trabajadoras, estudiantes, cocaleras es una replica de las clásicas convocatorias de los sectores progresistas cuando construyen a sus actores sociales: trabajadores, estudiantes y campesinos. En este sentido, la CIFMP antes de luchar por un Perú nuevo debe luchar por un nuevo sector progresista. De lo contrario se conformará con ser el Segundo Sexo muy parecido a las famosas "Secretarias de la Mujer" que existen en los partidos políticos y centrales sindicales en el Perú.
La imagen de Micaela es el símbolo de la Federación en cuestión que representa a todas las mujeres peruanas. Esta propuesta puede ganar uno de los Premios de la Mesa Contra el Racismo de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos. Luego de Ripley y Saga continuaría la Federación de Mujeres Peruanas. Se discrimina irónicamente a una minoría étnica-urbana: las mujeres pitucas. En esta lógica Silvia Núñez del Arco y sus amigas de promoción no encajan en el debe ser (políticamente correcto) de la mujer peruana luchadora por un nuevo país. Las pitucas no son parte de la comunidad imaginada absoluta expresada en el afiche que supuestamente quiere luchar por un nuevo Perú, pero sin pitucas.
Finalmente queda la pregunta pendiente ¿Qué es la mujer peruana? Una interrogante justa y necesaria por responder desde múltiples puntos de vista.
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Aja ... mujer peruana...mujer diversa...inclusión.
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