REFLEXIONES SOBRE LA SOCIEDAD Y LA CULTURA DESDE EL ENFOQUE DE GÉNERO
martes, 13 de abril de 2010
Masculinidades Hegemònicas Sindicales
Hace pocos días fui testigo del fracaso formal de los talleres de sensibilización de género en el mundo del espacio público. La estrategia de una institución del Estado que tiene su comisión de género fue juntar a los accionistas de una empresa con "responsabilidad social" para internalizar la perspectiva de género. Algo bueno para el marketing empresarial pero no para la inclusión social.
El taller tuvo la duración de un día. La parte teórica se desarrolló en la mañana en donde se enseñaba el ABC del género para ser políticamente correctos en la propuesta y acción. También se hizo leer a los dirigentes un texto del antropòlogo Juan Carlos Callirgos sobre el tema de masculinidades. Un tema ajeno a muchos antropólogos sin perspectiva de género.
Por la tarde, se desarrolló en el taller la construcción de conocimiento de los empresarios para señalar los problemas desde el enfoque de género. Y se finalizó con los compromisos de los miembros de la junta de accionistas para hacer factible la igualdad de género en el mundo de la responsabilidad social.
Como se puede apreciar el taller es todo un éxito, pero no hay que cantar victoria tan rápido.
Es necesario analizar el momento del taller que no se menciona. Se calla y reprime. La verdad de lo real lacaniano, es decir, aquello que no se simboliza. Ese momento y espacio que no sale en el informe del taller es el almuerzo.
La mesa del almuerzo tiene forma de “L” en donde estaban sentados alrededor de unas 20 personas. Incluida dos especialistas en el tema de género. Una organizaba el evento y la otra era la expositora- facilitadota del taller. En la mesa habían otras mujeres ejecutivas de otras surcursales y dos que asumen los principales cargos del área de responsabilidad social.
En pleno almuerzo hubo un dialogo público entre los principales accionistas de la empresa. Los que toman las grandes decisiones. El vicepresidente habló con la voz en alto al Presidente “a ti te dicen cocinero viejo” ¿Por qué? Interrogó. La respuesta fue “porque te quedas dormido cuando haces la sopa”, se escucharon las risas. Pero el Presidente no se quedó y le respondió al Vicepresidente “En cambio a ti te dicen olla vieja” ¿Por qué? Preguntó. “Porque no sirves ni para la sopa”, se escucho más risas, incluyendo la mía.
El hecho narrado es un tema de masculinidades, pero no en teoría sino en la práctica. La construcción discursiva de los dirigentes reflejaba la hegemonía masculina machista en el almuerzo. Todos los miembros del taller estuvieron sentados y sentadas en la mesa. Pero sólo hablaron públicamente los accionistas, en cambio las mujeres callaron y, sobre todo, las especialistas en temas de género volvieron a su rol de sumisión femenina. Me hizo recordar la serie telellorona "Lo que callamos las mujeres"
El machismo es la exaltación de la virilidad que viene a ser la capacidad de actuar sexualmente como hombre. Un hombre de verdad. La feminización del Otro masculino es una estrategia de poder simbólico. Lo irónico de los "mero machos" es que deben demostrar su virilidad porque se sienten a prueba por la sociedad. Si los machos demuestran es porque existe un temor interno en ellos. Este es el caso del almuerzo en el taller de gènero
En el intercambio de bromas cínicas entre los accionistas se tuvo como objetivo simbólico cuestionar la virilidad del Otro. La figura de la “sopa” se refiere al sexo oral que práctica el hombre hacia la mujer en sus genitales. El uso de la lengua del hombre se asemeja a la forma primaria de tomar la sopa con la boca. Por eso se le denomina en el imaginario sexista como la sopa.
Por una parte el accionista le dice al otro que se queda dormido al hacer la sopa. Es decir, que en el acto sexual (una prueba varonil) se queda dormido. Pero la reacción es más radical porque le contesta que ni si quiera sirve para la sopa. Es decir, no es hombre para ser el mayor accionista.
Lo sorprendente fue la reacción de las especialistas en género. Una feminista y la otra generóloga. Ambas no pudieron responder o intervenir en el espacio público. Un espacio construido discursivamente por la hegemonía masculina. El monopolio de la voz machista que tiene libertad para hablar grotescamente sobre temas sexuales. En cambio las mujeres que fueron a sensibilizar a los dirigentes se quedaron sin respuesta. Su silencio legitimó la ideología machista.
Luego del almuerzo continuo el taller en donde ambas mujeres volvieron a su rol cuestionador de los parámetros de género. Ellas mismas se lucieron con su capital teórico. Se tomaron la foto de recuerdo para la fuente de verificación y sistematizaron la experiencia con una serie de compromisos. De esta manera se demuestra que el taller fue, supuestamente, todo un éxito.
A mi parecer, lo momentos importantes de estos talleres son el cofe break y el almuerzo porque surgen los imaginarios poscoloniales machistas de género. Esos son los momentos que tiene que haber mayor compromiso con lo que se predica. L@s farise@s no tienen género.
Pero la lucha contra los parámetros de género no es fácil. Existen muchos intereses (laborales, políticos, económicos, académicos, entre otros). Yo me reí de los chistes machistas dirigenciales. Supuestamente soy generólogo y cuestionador, pero fui cómplice en el silencio. Por este tema escribo para asumir mi responsabilidad en esta sociedad llena de prejuicios y miedos. Hacer memoria con perspectiva de género para que no se repita.
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Por eso no me gusta almorzar con Antropólogos!!! jajaja Oie qué interesante tu análisis, pero no sé si tiene excusa, pero normalmente cuando los hombres hacen un chiste de doble sentido en ese tono, lo entiendo como que entre ellos se están tratando de ridiculizar ante los demás... y una no va a entrar en una broma que busca apocar al otro. Aunque debe ser más lo que tú dices no? Qué hubiera correspondido entonces, que los callen, que les pregunten porqué esas bromas, mmm?
ResponderEliminarQuien calla otorga. Puedes callarte una vez, pero cuando se hace costumbre, es decir, cuando se institucionaliza el orden social, entonces se legitima la hegemonía masculina. En este caso en el mundo sindical.
ResponderEliminarCorrespondìa romper el silencio y la hipocrecia. A veces uno por estar en paz con todo el mundo, sonrie y calla. Pero sì eres la persona que lidera el grupo (taller de gènero) para cambiar el pensamiento y pràctica social desde la perspectiva de gènero, entonces, se debe actuar
Levantarte e ironizar,,,"miren, tenemos presente un ejemplo de la masculinidad sindical",,,"pregunto, eso tiene perspectiva de gènero?"...Asi de simple,,,,, pero no es fàcil.
Es un compromiso, màs que con el pensamiento, sino con lo que se hace.....la pràctica social es el conducto de la ideologìa.
El otro dìa me dijeron, tenemos que hacer un taller de gènero de impacto, vivencial...que reflexionen sobre susu vidas, que les choque lo que escuchan, que se cuestionen...todo esto despuès del fracaso de talleres y talleres a funcionarios pùblicos...nose si hay aun taller asi pero serìa buena idea...
ResponderEliminarEs necesario un taller sincero. Màs allà del taller, para la acción. Muchas veces los talleres quedan para el saber, pensando que ahì radica todo, pero obvian la acción
ResponderEliminarentonces el taller tambièn debe continuar a la hora del almuerzo, ahì tambièn se puede incidir
Estuve presente en el Taller de principio a fin y concuerdo con lo dicho por waro, incluso podría agregar algo mas, a la organizadora y facilitadora las sentí incomodas quizá por el tono picante de las expresiones, y minimizadas por completo al menos durante la hora de almuerzo, no existían en ese momento. Obviamente me reía de las bromas de uno y otro, pero me detuve a mirar a las mencionadas señoras/itas: Pensé que reaccionarían de otra manera, en fin, hay que practicar lo que se profesa.
ResponderEliminarqué tal AUTOCENSURAAAAAAAA me pregunto qué dirá LACAN respecto a tu ánimo de esconder el verdadero escenario...mira que tenía más peso cuando los que hacían las bromas eran dirigentes nacionales eh...
ResponderEliminarPero buenooo....
Yo se hacer la sopa. ¿Eso me hace generólogo, antropólogo o maricón?
ResponderEliminarBromas aparte el poder de las construcciones discursivas en paises como el nuestro es algo que deberiamos reparar con mas frecuencia. Nociones como el ser "cholo", como un concepto denigratorio es algo que contruimos, mantenemos y permitirmos dia adia.
Como el ser "negro" en otras latitudes, quien no crea que ello es así revise el significado de dicha palabra en el diccionario y su empleo más frecuente: noche negra, negro provenir, señor de lo oscuro... Acaso lo discursivo no modifica nuestra realidad?
Cambiemos lo discursivo y quizá cambiará en algo nuestro entorno
Por eso prefiero los talleres de poesía a un "taller para la acción"...
ResponderEliminarY un taller de gestión de conocimiento???
ResponderEliminarcambiar lo discursivo en los tíos machistas no es la solución, porque a regañadientes dicen "compañeras y compañeros" pero eso no los hace menos machistas en su actuar práctico...
Yo creo que tendrían que volver a nacer... :-S
aH TALLERES DE POESÍA SIIIIIIIIIIIIIIII
ResponderEliminark lindo
oe Kuinzito...cómo tash?
Deberias averiguar un poco mas de lo discursivo y como puede generarse un cambio de las sociedades a partir de un cambio de este. En realidad el mundo q cpnocemos como lo conocemos no es mas q producto de un discurso q algunos idearon. Y no es algo Borgiano lo que digo. Sino la realidad. Realidad tambien discursiva claro, limitada por las palabras q me enseñaron a decir. Por ejemplo se de un movimiento q se llama queer theory justamente para darle otro contenido a la vilipendiada expresion de queer q es algo asi como maricon aca. Saludos.
ResponderEliminarY si, un taller de poesia -aunque discursiva y hegemonica y lo q quieran- haria mucho bien al alma. A mi alma discursiva y hegemonica y proletaria.
Bien chevere los comentarios.
ResponderEliminarCon respecto al discurso existe un pequeño detalle.
El discurso no sólo produce la realidad, sino también lo Real (todo lo contrario a la realidad.
Desde el piscoanálisis lacaniano el discurso como producto del lenguaje es limitado. Cuando el sujeto es socializado por el lenguaje algo queda fuera: lo Real. Es decir, lo no simbolizado del lenguaje, un resto sintomàtico y traumático que se reprime en el inconsciente.
Aquello que es reprimido siempre retorna como sintoma.
Entonces un cambio en el discurso no cambia nada porque no se devela lo reprimido. El sintoma pasa intacto y retorna sin llamar dos veces. Se vuelve a patear dos veces la misma piedra del goce (masoquismo) social.
Con respecto a la propuesta de solución, me parece bien, pero agregarìa: todos debemos volver a nacer. El problema no es sólo el Otro (machista) sino el sistema sexo/gènero. Un sistema hegemónico que se debe subvertir a través del develamiento de los sintomas sociales
Un taller de poesía y unas copas de vino