Muchas veces se había sustentado científicamente la superioridad del hombre frente a la mujer tomando como fuente de medición el "cerebro". Si bien el tiempo ha pasado, la tesis a variado, pero lo que se mantiene es el radical determinismo de lo natural sobre el género. La mujer no se hace, sino que nace con su cerebro sin enfoque de género.
El día de ayer se celebró el Día Internacional de la Mujer en varias partes del mundo, en donde el Perú no fue ajeno a los rituales públicos. La confenrencia que llamó la atención fue el cerebro femenino, elc el cual fue expuesto por la Doctora Yrma Quispe Zapana en el auditorio del Colegio Médico del Perú. Desde una perspectiva científica y neutra señaló que el cerebro de la mujer y el hombre son diferentes y, por ende, los comportamientos sexuales tienen ciertas características. Es decir, la explicación de los comportamientos de género se basa en el órgano cerebral.
El género no es una construcción cultural, social e histórico, sino que es un producto de la madre naturaleza.
Como se puede observar esta posición científica es parte de la colonización del poder. La modernidad y la ciencia son las dos caras de la misma moneda. Se habla de un tipo de cerebro y un tipo particular de mujer. La mujer occidental. Mejor dicho las mujeres doctoras. Cuando un tipo particular logra representar lo universal, entonces se produce la "hegemonía" (Ernesto Laclau). El cerebro homogeniza la diversidad cultural y de género.
Lo más irónico es que al final de la presentación de la ponencia, la expositora dió un agredecimiento a Dios por haber creado al hombre y la mujer. ¿Ciencia o Creencia? Y para rematarla, no se permitieron preguntas al público asistente. En esos detalles hizo falta un poco de cerebro democrático con enfoque de género.